¿Sabías que las rodillas son las articulaciones más grandes del cuerpo humano?
Sí, Gracias a ellas podemos estar de pie, sentarnos, saltar, caminar y correr; por si fuera poco, son las encargadas de soportar todo nuestro peso, de ahí la importancia de cuidarlas y tomar las precauciones necesarias para mantenerlas sanas y en óptimas condiciones.
La rodilla está formada por la unión de dos importantes huesos, el fémur y la tibia. Dispone asimismo de un pequeño hueso, llamado rótula, que se articula con la porción anterior e inferior del fémur. Puede realizar principalmente movimientos de flexión y extensión.
Está rodeada por una cápsula articular y varios ligamentos que le dan estabilidad. La rodilla es una articulación sinovial, lo que significa que está revestida por una membrana sinovial. Esta membrana produce líquido que lubrica y nutre el interior de la articulación. En sus proximidades se insertan potentes músculos que hacen posible el movimiento de la extremidad. El enfoque trascendental que hay que entender, es que el cartílago es la unidad biológica más importante de la rodilla. Y si nosotros hablamos de prevención, si hablamos de proyección a futuro, es quizás el cartílago el elemento crítico a proteger.
Lamentablemente, la mayoría de las personas presta atención a sus rodillas sólo cuando sufren alguna lesión o molestia. El desgaste está asociado al movimiento, está asociado a la edad, está asociado a las actividades de la vida diaria. Entonces por ahí tendríamos que empezar a desarrollar un conjunto de elementos que claro que podrían ser considerados desde el punto de vista preventivo, pero que también deberíamos llamarlos como los signos de alarma o los cuidados que deberíamos tener para nosotros. Estos cuidados preventivos difícilmente forman parte de nuestros hábitos cotidianos; es fundamental revertir esta situación, ya que los principales padecimientos incluyen desgaste de la rótula, problemas con los meniscos, ligamentos cruzados, artrosis o artritis. No creo que alguien quiera sufrir ninguno de éstos.
Aquí te queremos mencionar algunas recomendaciones para proteger estas articulaciones esenciales:
1. Mantén un peso saludable
Llevar exceso de peso ejerce una tremenda presión sobre las rodillas. Por cada libra de peso que ganes, las rodillas tendrán cuatro libras más de fuerza sobre ellas e incluso más de eso cuando subes o bajas escaleras.
2. Mantente en movimiento
La actividad física constante ayuda a mantener la función articular, incluida la fuerza y el alcance de movimiento en las rodillas, lo que significa que se aplica menos fuerza a la rodilla. El movimiento cardiovascular, de resistencia y hasta de fuerza pueden ser un aliado para el cuerpo, incluyendo las articulaciones, siempre y cuando lo realicemos de la forma adecuada.
Con la actividad física pueden fortalecer los músculos y tendones alrededor de tu rodilla. Para lograrlo es necesario identificar el tipo de ejercicio y movimiento que te gusta realizar, analizar los pro y contras y conocer el riesgo de la actividad. También es aconsejable combinar tus rutinas de ejercicios de manera que, si corres tres veces a la semana, hagas algo de bajo impacto, como montar en bicicleta, Pilates, nadar o usar la máquina elíptica en los días intermedios.
3. Fortalece los músculos que sostienen las rodillas
Desarrollar músculos fuertes en el muslo, especialmente los cuádriceps, los isquiotibiales y los abductores, mejora el alcance de movimiento, protege el cartílago de la rodilla y reduce el estrés que le pones a la rodilla. Acostúmbrate a hacer sentadillas y zancadas dos veces por semana, asegurándote de que tus rodillas se mantengan por encima de tus pies y no se extiendan al frente de los dedos de los pies. Después de los 50 años, evita hacer sentadillas por debajo de un ángulo de 90 grados (de manera que las caderas no caigan por debajo de las rodillas), porque las sentadillas profundas aumentan la presión sobre las rodillas. Si prefieres usar máquinas de pesas, opta por la prensa de piernas, flexión de isquiotibiales, extensión de rodilla y máquinas para el muslo exterior (abductor).
4. Perfecciona tu postura
Las personas a menudo se encorvan o se inclinan más a medida que envejecen, esto es problemático porque la mala postura cambia el centro de gravedad del cuerpo, y ejerce una presión adicional sobre las rodillas y las caderas. Por lo tanto, asegúrate de mantenerte erguido, con la cabeza alineada con los hombros, los hombros directamente sobre las caderas, las caderas alineadas con las rodillas y las rodillas alineadas con los pies. Hacer ejercicios de Pilates, yoga, taichí y de fortalecimiento del tronco, como abdominales y extensiones de espalda, puede ayudar a mejorar tu postura, prevenir la irritación debajo y alrededor de las rótulas de la rodilla y evitar que te caigas.
5. Elige los zapatos correctos
Usar zapatos cómodos y con soporte ayuda a promover la alineación adecuada de las articulaciones en las extremidades inferiores cuando te mueves. Para hacer ejercicio, elige zapatos que se adapten a tu actividad, por ejemplo, zapatos para correr, y que sean apropiados para tu forma de andar y tu pie. Aunque no lo creas, las anormalidades posturales de los pies pueden contribuir a la osteoartritis de la rodilla, por lo que es importante usar calzado que ayude a evitar que los pies giren hacia adentro o hacia afuera durante el movimiento. Si estás buscando nuevos zapatos para hacer ejercicio, es aconsejable una evaluación y ajuste profesional en una tienda de calidad de venta de equipo deportivo o especializada en artículos para corredores. Cuando no estés haciendo ejercicio, evita los tacones altos, que aumentan la carga que se coloca sobre las rodillas.
6. Escucha el dolor de tu rodilla
Si desarrollas dolor e hinchazón en la rodilla, toma un descanso de correr, caminar o cualquier actividad de alto impacto que estés haciendo. Dale a tu rodilla el siguiente tratamiento: descanso, hielo, compresión y elevación, y toma un medicamento antiinflamatorio como el ibuprofeno si hay mucho dolor. Haz que un médico te revise lo antes posible para saber el motivo de ese dolor en tus rodilla. Mientras tanto, puedes continuar haciendo ejercicio con actividad leve como nadar, hacer aeróbicos acuáticos o montar en bicicleta, para no perder nada de la forma física que has estado desarrollando.
Es importante acotar que la información presentada no debe utilizarse como sustituto de la atención médica de un especialista.
Si quieres mas sobre ¿Cómo cuidar nuestras rodillas? Te invitamos a ver nuestra charla con el Dr. Ian Falvy, en compañía de su invitado el Dr. Ostwald Avendaño , medico Traumatólogo.
Recuerda que en Meddi todos nuestros especialistas están disponibles para orientarte y atenderte.
Si deseas agendar una cita médica virtual, en consultorio o a domicilio para la atención de Artrosis solo contáctanos: >escríbenos
Comments